Con esta iniciativa pretendemos tomar en serio el llamado que todos tenemos a la santidad, y nuestra respuesta a la misma no puede darse sin la experiencia de vida de comunión (hermanos), creciendo en sabiduría y en gracia viviendo una continua formación y vida sacramental (discípulos) y comprometiéndonos en el apostolado, preferentemente en la evangelización fundamental y, como consecuencia, en la acogida de los evangelizados en la comunidad eclesial (apóstoles).
Entre otros propósitos, al llevar a cabo esta misión, pretendemos que los evangelizados lleguen a
o conocerse mejor logrando una mejor autoestima de sí mismos,
o sanar las heridas del pasado y disponerse a superar las adicciones o malos hábitos que han lastimado su dignidad,
o integrarse positivamente con su familia y comunidad a la que pertenecen,
o a encontrar un mejor sentido a su vida al ir descubriendo sus talentos para ponerlos al servicio de los demás.